Algo más de 200.000
españoles se acercaron a Grecia el pasado año, aproximadamente un 10% más de viajeros
que en años anteriores. Gran parte de ellos vinieron atraídos
por la oferta turística de las islas griegas como Santorini, Mikonos, Corfú,
Rodas... lugares fantásticos donde combinar el merecido descanso estival con
una propuesta de ocio y cultura única. Otros en cambio prefirieron la Grecia
más clásica y se perdieron por los monasterios de Meteora, las calles de Atenas
o la ruinas de Delfos. Incluso hay quien apostó por la siempre sorprendente
Creta, la mayor de las islas griegas del Egeo que es casi un continente en sí.
No les quepa la menor
duda. Podrán desarrollarse otras ofertas en este Mare Nostrum, pero Grecia
siempre tendrá un atractivo especial que la hace algo diferente del resto de
destinos del Mediterráneo. Lo cierto es que este país del sur de los Balcanes,
situado a las puertas de Asia es la cuna cultural de Occidente. Pero además cuenta
con una propuesta muy peculiar: es un país que cuenta con unas 5.000 islas de
todos los tamaños, formas y colores, de las cuales por ejemplo solo unas 220
corresponden a las conocidas Cícladas, el archipiélago que ocupa el corazón del
mar Egeo.
Otra de las particulares
de esta Grecia insular es que cada una de las islas es bien distinta entre sí.
No solo las islas del archipiélago de las Jónicas son totalmente diferentes a las del
Dodecaneso, y éstas a la vez de las Espóradas, y éstas de las del Sarónicas y
las Cícladas, sino que además dentro de cada archipiélago cada isla presenta
una personalidad específica que la diferencia de su vecina. Eso sin tener en
cuenta lugares como Creta que vendría a ser casi un continente en sí, por su
extensión y pluralidad de paisajes. Por eso Grecia no se acaba con las
conocidas islas antes citadas. El número de ellas y su gran variedad hacen que
prácticamente la oferta insular sea infinita.
La mayor de las Cícladas
Una de estas islas
interesantes de la Grecia insular infinita es Naxos. No se preocupen en buscar
en exceso. Casi nunca aparece citada en los catálogos turísticos, y pocos
viajeros expertos le hablarán de ella como una isla remota y espectacular que
podría entrar en un “Top ten” de maravillas desconocidas. Es más si alguna vez
preguntan sobre ella a alguien que conozca Grecia, lo más probable es que les
conteste que es una isla aburrida, donde hay pocas cosas a hacer.
Craso error. Ahí está su
secreto. Naxos es la mayor de las islas de las Cícladas, por extensión, y se sitúa justo en el centro del Egeo. Por
tanto olvídense del efecto “isla pequeña y perdida de Robinson Crusoe”. Tampoco
tiene unos paisajes de ensueño para fardar en “instagram” ante los amigos de
las últimas vacaciones, aunque hay buenas puestas de sol, excelentes playas,
algo de montaña y también costa recortada en su cara norte. No tiene una oferta
turística clásica excesivamente desarrollada, aunque obviamente hay hoteles más
que correctos y una pequeña oferta de bares y restaurantes playeros como
cualquier otra isla mediterránea en verano.
Naxos fue también, según
cuenta la mitología griega , el lugar donde Ariadna halló la felicidad. Ésta,
tras jugarse el físico al ayudar a Teseo a escapar del laberinto de Creta y de
la furia del Minotauro, abandonó su isla natal y se fugó con el héroe
ateniense. Pero a mitad de camino, junto a la altura de la isla de Naxos, Teseo
-sin ganas de muchos compromisos- dejó abandonada la princesa cretense allí
mientras dormía. Descubierta por Dionisos, quien quedó prendado de su belleza,
se casó con Ariadna que vivió en Naxos los mejores años de su vida. Y al final tras
varios sucesos lúgubres (la mitología griega es así de trágica) fue rescatada
del Hades por Dionisos y llevada al Olimpo junto a su madre Sémele.
Este relato nos da una
pista de como era entendida la mayor de las islas Cícladas en el mundo clásico.
Situada a mitad de camino entre Atenas y Creta, era el país de Dionisos y por
tanto una tierra fértil y rica en productos agrícolas. Una circunstancia no
menor si consideramos que las Cícladas son islas bastante secas. De esa
riqueza, es testimonio el Kryton, una licor producido por un cítrico (mitad
pomelo, mitad limón) exclusivo de Naxos que adquirió gran fama a fines del
siglo XIX y pasó aser una de las bebidas
más apreciada por la alta sociedad
europea.
¿Qué tiene de
interesante Naxos, en la actualidad? Pues se van a sorprender. Precisamente lo
que se busca muchas veces en el verano: tan solo sosiego, largas playas, alguna taberna
perdida en medio de un pinar, una interesante oferta arqueológica como excusa
para realizar buenas excursiones, y unos buenos rincones para unas fabulosas
siestas. Pero sobre todo pocos turistas. Bien, sí los hay (!qué isla del
Mediterráneo no los tiene!) pero básicamente son griegos que el mes de agosto
abandonan el área metropolitana de Atenas y regresan a los pueblos de sus
ancestros a disfrutar de interminables comilonas con la familia, y que
vienen a buscar sus raíces en los largos
días de verano ¿Tienen mejor plan?
Si además quieren lugares
para visitar y cosas a hacer se las digo
ahora mismo: un castillo veneciano, algunas estatuas gigantes de piedra de hace
2.700 años, una enorme puerta al templo de Apolo, museos, iglesias bizantinas,
el casco antiguo de Chora.... Bueno lo
normal en Grecia.
Autor: Josep A. Borrell, Periodista e historiador para www.greciainfo.com